jueves, 12 de septiembre de 2013

El Hombre superior y el hombre inferior como aspectos de la personalidad

Cuando nos familiarizamos con el I Ching, aprendemos a identificar a través de su lectura distintos aspectos de nuestra personalidad. Las acciones que reflejan nuestras facetas internas y estados de consciencia, son descritas como las acciones del Hombre Superior y el Hombre Inferior, El noble o los vulgares. De esta forma los hexagramas, nos muestran desde que aspecto de nuestra conciencia nos relacionamos con las circunstancias de nuestras vidas, descriptas a través de metáforas e imágenes de incalculable resonancia poética que reflejan leyes universales.


“El Hombre Superior”, “El Gran Hombre” ó “El Noble” representa la mayor expresión y potencialidad de nuestros dones. Es quien realiza las acciones correctas, acordes a los tiempos del cielo y las leyes universales. Estando a la altura de las circunstancias realiza en cada caso lo que requiere la situación. Esto lo logra entregándoce a la situación sin resistencias. 

En el "Discurso sobre la teología natural de los chinos" Leibniz expresa: 

"...Al Perfeccionar la propia naturaleza, se alcanza el estado de Jen*, que expresa la condición humana en la plenitud de sus facultades creadoras, en su máxima expresión, donde la superioridad moral supone la comunión con el Cielo, la Tierra y toda la naturaleza, pues se trata de la más pura manifestación del principio común a todos, productor constante. El hombre noble no solo posee entonces una armonía interna que se vuelca hacia el exterior, sino también realiza en su vida y a su nivel la obra creadora del principio supremo. No es un instrumento, sino que, al reproducirlo en si mismo, obra en virtud de este"     
*jen p shen: captación del espíritu.

Por todo esto el Hombre Superior, es el hombre capaz de autocrítica, quien puede modificarse a si mismo y evolucionar. Busca su destino construyéndolo desde un rol activo; tiene como meta lograr lo mejor para si mismo y para los demás. Representa el accionar y la manifestación de la esencia divina que llevamos dentro. 

El Hombre inferior, los Inferiores o los vulgares, están representados por las dudas, miedos, reacciones intempestivas y emocionales que nos ocasionan dificultades o nos retrasan en el desarrollo de nuestro ser. Son las manifestaciones del ego y la soberbia, como principio de aislamiento y una mirada sesgada por la fragmentación. 
Es el hombre (o nuestras zonas) débil, que no se encuentra a la altura de la circunstancia, y como lógica consecuencia no sabe como resolverla o termina provocando que está se malogre. Es quien carece de autocrítica, con tendencia acomodaticia, por lo tanto incapaz de modificarse. Manteniéndose en la interminable rueda de acción y reacción. Provocando, aunque no sea consciente de eso, la repetición de situaciones. 

Por ejemplo:


Si observamos La Desintegración (hexagrama 23) el I Ching nos plantea como lo vulgar corroe la integridad del noble socavándolo internamente hasta derrumbarlo. 


Si lo llevamos al plano de nuestra personalidad hablamos tanto de nuestros temores, posibles auto boicot, o cuando la duda nos carcome. Obviamente en medio de este tironeo interno no es bueno movernos. La situación es pasajera, y justamente en las características de los trigramas se encuentra la clave de como superar esta instancia: Deteniéndonos para aquietarnos, por lo menos hasta que el panorama se aclare.   


Es por eso que tomar el I Ching como herramienta nos permitirá integrar, a través de su lectura, estas áreas de nuestra personalidad. Alineándonos con el "Gran Hombre"  que todos llevamos dentro. 


Hasta la Próxima. 

Laura Paradiso

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